Las tierras que baña el Ebro están entre las regiones menos conocidas cuando se trata de hacer turismo de proximidad. Aprieta el calor y los turistas desertamos hacia la montaña o la playa olvidándonos de zonas con un encanto natural distinto. El Delta del Ebro es una de ellas (ya os reseñé dónde comer bien en este otro artículo). Hoy vamos a recorrerla de un modo distinto; subidos a un barco en busca del Musclarium, donde cultivan unos de los mejores mejillones y ostras más afamados en el Mediterráneo. ¿Qué los hace tan especiales?
De camino a Sant Carles de la Ràpita, el mar está en calma. Tan solo se adivinan en el horizonte enérgicas gaviotas cercando el agua mar adentro, quizás, peleando por algún pescado. Subimos a una pequeña zodiac y, en menos de veinte minutos, nos plantamos un kilómetro mar adentro, al borde de una plataforma de madera con aurea de chill out ibicenco.
Perfectamente sujeta al suelo y con todas las comodidades que uno pueda esperar en una barra de marisco fresco en alta mar (¡y cuánto es cierto esto!), de las bateas cuelgan cuerdas con ostras y mejillones creciendo en su silencioso sueño bajo nuestros pies. Nada que las moleste.
Hemos recorrido en un plis plas la Bahía de Alfacs. Aún no hemos sido capaces de escoger el ángulo idóneo con nuestra cámara que englobe el mar en calma, el horizonte perfecto y las líneas paralelas

que dibujan las mejilloneras hasta perderse en él, cuando, ¡oh, sorpresa!, una mano nos extiende una copa de cava bien fresquito. “Las fotos después”, nos advierten. Es el momento de asistir a una clase particular sobre cómo abrir correctamente una ostra, cómo conocer su frescura, cómo diferenciar el color de los mejillones y qué las técnicas ancestrales que utilizan en el Musclarium para hacer crecer sus moluscos de la forma más sostenible posible.
Los mejillones del Delta son de la especie Mitylus galloprovincialis, la más adaptada al Mediterráneo. Se crían en la bahía del Fangar, en l’Ampolla, y, donde nos encontramos, en el puerto natural dels Alfacs, en Sant Carles de la Ràpita. Son producidos por la técnica del embuche: metiéndolos de bebés en un calcetín colgado de una cuerda hasta que a los 9 meses lo desgarrarán y crecerán por encima de su tamaño. En contra de lo que podría pensarse, el tamaño no es lo importante –son de cuerpo mediano- sino su carne, prieta y fina, y un particular sabor que luego explicaremos. Tampoco su producción es a gran escala: sus 90 mejilloneras producen tan solo 4 millones de quilos al año. Para su venta tan solo se limpian con agua marina, luz ultravioleta y ozono.
En el caso de la ostra arrissada, más conocida como Ostró y cultivada a partir de los años 1970 en las Terres de l’Ebre, es de la espècie Crassostea gigas y se cultiva en la bahía del Fangar, la bahía dels Alfacs, en el parque natural del Delta de l’Ebre. Nuevamente, su tamaño tampoco es espectacular. Su carne es apreciada por su finura y por un intenso sabor a mar.

En uno y otro caso, estos moluscos reciben una fama justificada por la tipicidad del agua donde se crían, con una alta concentración de oligoelementos marinos y microplancton propio de una Reserva Natural de la Biosfera. El Delta del Ebro es uno de los mayores humedales de Europa y en su desembocadura se origina un interesante ecosistema con agua mitad salada, mitad dulce, que no solo favorece la cría de moluscos -una ostra es capaz de filtrar hasta 5 litros de agua en una hora para absorber sus nutrientes- sino también de gran trascendencia para la alimentación de muchas aves acuáticas. Y todo esto en un paisaje frágil donde se funden cielo y tierra como en un espejismo. De ahí su magia.
Musclarium nació como empresa el 11 de junio de 2014 por parte de dos jóvenes socios que pensaron que la unión del sector primario y terciario era la salida viable para su generación en un momento en que pocos veían en el Delta futuro más allá del turismo. Albert Grasa, hijo de una familia dedicada a la cría del mejillón, y Jonathan Garrigós consiguieron dar una forma nueva y atractiva a un trabajo ya viejo. Ofrecen esta actividad de visita en barco a las bateas, degustación de mejillones y ostras con vinos y cavas de la región por un tiquet de 25 euros. Y a la experiencia hay que añadir la clase de conocimiento de producto y de respeto por el paisaje tan singular que lo rodea. “Como el Barça que es más que un club, esto es más que una mejillonera”, asegura Grasa. Suscribimos que las entradas salen bastante más baratas y que el espectáculo está asegurado.
Musclarium
- Badia dels Alfacs. Sant Carles de la Rápita
- Precio medio: 25 euros (salida en barco+ visita a la batea+degustación de ostras y mejillones+cava y vino)
- Salidas desde el Port Esportiu de la Ràpita
- Teléfono: 638 283 986
Comentarios 2
Queremos una visita a las bateas
Por favor pónganse en contacto conmigo
Hola Noemi, yo no realizo visitas. Solo he puesto la información. Si te interesa realizarlas tienes que contactar con ellos directamente. Seguro te atienden estupendamente. Un saludo