El otro día me preguntaba el locutor de radio Manolo Garrido por cuáles eran mis restaurantes favoritos con vistas a Barcelona. Hice (creo) una potente selección. Marea Alta es, sin duda, uno de ellos. El restaurante de Quique Valentí cumplirá el próximo octubre dos años. Y su impecable manera de elegir y cocinar un producto que es excelso por sí sólo no deja de evolucionar.
No es fácil encontrar buenos pescados a la brasa en Barcelona (además de una gran variedad de entrantes, guisos y ahumados). No lo es. Y con vistas de 360º sobre el puerto aún lo es menos. A Quique le gusta presumir de producto pero también de guisos porque -como decía- hay pocos. El suyo -el que probamos ese día- era como él, tenía un poco de aquí y de allá. Carrillera de atún gaditano de almadraba, judías catalanas de Santa Pau, jugo de cerdo (ole y ole ese mar y muntanya) y un mojo picón que me subía la temperatura corporal entre cuchareteo y cuchareteo. “Esto es el único plato de vanguardia que tenemos”, decía orgulloso en la sobremesa del ágape. Le creo. Lo demás es producto. ¡Qué digo! Productazo.

Empezando por un rodaballo gigante cocinado a la brasa con amor (le quitan la espina y todo para que no te lo tengan ni que despiezar). Con amor y con agua de Lourdes (sí, habéis adivinado bien, mi santa favorita). Que no es otra cosa que aceite vinagre y sal emulsionados. El pescado se hidrata mientras se cocina con este jugoso y turbio caldillo para que no se deshidrate.
La de Marea Alta es una carta impecable e implacable. Y se sirve en una vajilla marítima al unísono. Los platos se acomodan a la provisión pesquera del día y se contienen en dos menús degustación (corto: 65 euros/ largo:100) servidos mediodía y noche.
“Lo que hacemos aquí es muy sencillo. Es puro. Lo importante, los que intentamos conseguir y estamos consiguiendo es que el publico local nos siga. No es un local para extranjeros. Si estuviéramos al lado del puerto lo tendríamos hecho y además ganarías más dinero. No tendríamos la máxima calidad”, explica Valentí.
Los peces muchas veces viajan de las frías aguas del Cantábrico en agosto pasando por las corrientes que median entre Las Azores y el litoral luso. Acaban luego en norte de Marruecos, en el caldo de cultivo estival que es el Mediterráneo. Y es el mismo pez tampoco es el mismo. Mientras hace su travesía, cambia. Y las bocas que lo comen lo encuentran también distinto.
De norte a sur, en España se cocina el pescado de mil maneras. Y por eso de mil maneras se disfruta. Valentí toma este concepto y dibuja una carta gustativa, que busca la pureza. “Existe guiri gourmet pero no es el mayoritario. Pero esto es un proyecto que está enfocado a un público con el paladar educado. Buscamos el purismo”, añade el cocinero.
El pescado a la brasa del norte, el fuerte carácter del marisco de Galicia, los mar i muntanya de Catalunya, la sabrosura de los fritos de la Costa del Sol y hasta las calderetas menorquinas. Todo tiene sitio en su carta que fusiona y administra la diversidad de nuestra costa. Que es mucha y diversa. El único marco conductor, es un horizonte panorámico que se dispersa sobre el mar de Barcelona. Igual, en realidad, no valen mucho la pena unas vistas así cuando lo único que no puedes dejar de mirar es el plato.
Marea Alta
- Dirección: Av. de les Drassanes, 6, 08001 Barcelona
- Horario: De martes a domingo (lunes cerrado)
- Precio medio: 50 euros
- Teléfono: 936 31 35 90