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Chingón, tacos LA en Poblenou

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La comida californiana es un estilo de vida en sí mismo: desacomplejada y urbanita, hace bandera de una mezcla cultural mexicana, asiática y yanqui (¿hay gastronomía yanqui?). Explota las potencialidades sápidas que la colección de comunidades que la forma –de las costas del Pacífico al Monte Lukens- tienen. Poblenou no es Los Angeles, pero se mueve a un ritmo culinario y cultural que, si la cosa no Chingón chupito de ostra, Oyster Shot blog gastronomía louloulopezcambia, situará en unos años al antiguo barrio del taulat en el radar foodie. Uno de los locales que ayudará a que esto pase es Chingón.

La estética de su dueño, el almeriense Miky Manrubia, marca el camino. Las raíces andaluzas en el deje de su acento lo sitúan en su El Ejido natal. Pero su cautivante estética biker – tattoo americana, en la órbita de una expo de Mike Giant  en Silver Lake sobre el mexicano Día de los Muertos. Como Miky, su carta es heterodoxa y apóstata. Tirando por el derecho hacia el lado radical de la vida. Tres años junto los ya difuntos Neichel y Codium, cuatro curtiéndose en el fine dinning de Santa Mónica y otros haciendo pasta y pizza junto a su amigo Walter El Nagar en Barbershop Ristorante ayudan a bordar un discurso gastronómico bien personal.

España esperaba el regreso de Manrubia. Primero, con Chingón Almería, después, con Chingón Ibiza y ahora con el pequeño local a su ecléctica semejanza de la calle Pallars, 329. Además de su apariencia de chico malo tatuado, de su paso por la segunda urbe más grande de EE.UU. se ha traído un repertorio desenfadado difícil de clasificar. No lo haremos. Su taco de pulpo es filosofía de fusión macarra: pulpo, salsa BBQ y cebolleta. Y atención al Oyster Shot, adaptación de la que sirven los restaurantes japoneses en L.A, con el que os recomienda estrenaros a la  mesa: chupito de ostra amorosida con caldo vietnamita y  yema de huevo de codorniz.  Deleitaros con unas  superlativas quesadillas de confit de pato con aceite de trufa –“la purpurina del pobre”- y salsa hoisin o con una de las hamburguesas a la parrilla de carbón. Orgullo de barrio ilustre a precios justos.

Las costillas de cerdo catalán Duroc os dará una idea de por qué era necesario un sitio así en Barcelona. Bañadas en salsa barbacoa acompañadas de mazorcas de maíz con mantequilla y parmesano, y acabadas a baja temperatura son un fantástico antídoto punk contra el desasosiego dietético. ¿Alguien dijo dieta? 9,664.99 km separan el nuevo espíritu gamberro de Poblenou del de Los Angeles. Parafraseando a un amigo mexicano, el sitio “está bien chingón”. Y nada más que añadir

Chingón

  • Calle Pallars, 329
  • Teléfono: 618510493
  • Precio medio: 15-25 euros

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