La barra del Kokka hacía tiempo que se quedó pequeña para un barrio como el Born, casi más enamorado de la cocina nikkei que del impopular turismo. En un final de agosto en el que un revés terrorista ha golpeado la ciudad en forma de atentado y los turistas han dudado si quedarse a disfrutar o volver a casa, la ciudad vuelve poco a poco a sentir el pulso. La demanda de nuevos y atractivos restauran tes en esta parte de la ciudad es demasiado continuada como para que los empresarios Isidre Marqués y Quim Clos no se dieran cuenta de la posibilidad de hacer crecer su alianza abriendo un tercer restaurante conjunto: Big Kokka. Un nuevo Kokka, pero a lo grande, que ha sido uno de los triunfos del verano barcelonés.
Lo han hecho en el antiguo local de Big Fish, justo delante del Born Centre Cultural, entre las confluencias del Carrer Comercial y el Passatge Mercantil. El emplazamiento es perfecto para empezar a experimentar con lo que ya huele a franquicia. Tanto, que incluso la propiedad está tendiendo puentes con Madrid, buscando dónde alumbrar su cuarto vástago.

La apertura de este nuevo Kokka, sin embargo, parece haber afectado a su primer restaurante por competencia directa. Si los dos acaban confluyendo en uno, habrá quien piense que es una buena noticia para una Ciutat Vella atestada de restaurantes. Otros, preferimos pensar que solo deben de ser reivindicados los restaurantes –también en esta zona, por qué no- que no vivan necesariamente del calor de la chancleta y tengan una cocina con pleno derecho a contentar nuestra barrigas. Pero, volvamos al lío.
La cocina del Big Kokka reproduce sus ya famosas causas, ceviches, tiraditos y nigris. ¡No hacerlo rallaría la irresponsabilidad!, y remata la fiesta desarrollando platos más elaborados, imposibles de ejecutar en la cocina en miniatura de su hermano mayor. La trémula ternera de Waygu con mostazas andinas, el jugoso pulpo braseado con espuma e ají amarillo y unos superlativos trozos de costilla de cerdo a baja temperatura con
crujiente de alga nori y salsa teriyaki son solo algunos ejemplos de este paso culinario to the top.
El restaurante –decía- es la tercera alianza de San Telmo y Derby Hotels en el circuito restaurantil –la sociedad se divide al 51% y 49%, respectivamente- . Una alianza en la que el grupo de restauración comanda la gestión del día a día -Palosanto y Kokka abrieron en 2014 y en 2015 el aparthotel Arai que Derby tiene en la calle Avinyó, en el corazón del Barrio Gótico- mientras la cadena hotelera busca, propone y adecúa los locales. En este caso, la inversión para la apertura de Big Kokka rondó los 700.000 euros, y eso que del precedente diseñó de Lázaro Rosa Violan se mantuvo la decoración prácticamente intacta.
La cocinera japonesa Kioki Li (formada en el Pakta de Albert Adrià ) y el chef peruano Juan Olivo, (pasó, entre otros, por Astrid y Gastón y el Asiana Next Door de Madrid), son los artíficies de la carta de este espléndido nikkei del Passatge Mercantil. Despliegan la diversidad de matices culinarios de una cocina tan rica como milenaria -fusión entre el país andino y la cocina japonesa-, tanto en su carta como en un más que correcto menú de mediodía (16 euros solo laborables). Pero, incluso, va un poco más allá ofreciendo conjugaciones propias con ingredientes autóctonos.
Además de los platos, la bodega es una grata sorpresa. Se nutre de vinos naturales (tan de moda), de destilados peruanos y de algunos sakes de renombre. Por suerte, las calles aledañas al Born vuelven a ser estos días un hervidero de turistas.
Big Kokka
- Passatge Mercantil, I. Barcelona
- Teléfono: 93 855 23 04
- Menú de mediodía: 16 euros
- Precio medio: 40 euros